Invitando a @purrix, @numa26 a contarnos una historia.
Recuerdo que nuestra vecina Elena le gustaba caminar coquetamente por el frente de su casa. En una ocasión la michi la observo detalladamente, casi parecía que deseaba que Elena pelara la acera con esos zancos tan altos y acabara en la calle. Pero eso no sucedió en toda la semana. Elena continuaba paseando por el borde de la acera. Parecía desafiar la física de la calle.
La michi lo sabía que más hacer para reirse un buen rato. Así que fue por un poco de aceite de la empanadera de la esquina y casi disimuladamente la agrego al borde de la acera. Y por supuesto paso lo que tenía que pasar.
Elena cayó cuál larga sus piernas y sin lastimarse mucho. Muchos corrieron ayudarla a levantarse. La michi se reía a más no poder viendo por la ventana de su casa. Había logrado su objetivo reírse a costilla de su hermana Elena.
¿Qué? ¿pensaste que la michi era la gata de la imagen? Pues no era la hermana de Elena. La gata, sólo es una atravesada en la fotografía que quiso figurar ese día.