Hola, querido hiver.
Hoy no es domingo, día en que suelo escribir estos diarios. Pero me apetecía contarte algo y gracias a esta comunidad puedo hacerlo siempre que lo necesito.
Mañana cambiaremos la hora en España, pasando al horario de verano. Cuando era niña pensaba que esto pasaba en todos los lugares del mundo y al crecer descubrí que es una costumbre que permanece en cada vez menos países. Por eso he tenido la idea de escribir este post, por si quieres conocer los motivos y características de este evento desde mi perspectiva.
El cambio de hora se realiza dos veces al año. Por un lado, el cambio al horario de invierno implica retrasar los relojes una hora, por lo que amanece y anochece más temprano. El otro caso, el que se producirá mañana, hacemos el movimiento contrario y adelantamos esa hora para que amanezca y anochezca más tarde.
La razón que siempre se esgrime para justificar este trastorno, porque para mí es un inconveniente del que escribiré un poco más adelante, es que de este modo se aprovecha más la luz del sol. Es algo que nunca he comprendido, pues las horas de iluminación solar no varían. Son las mismas. Encenderemos la luz más tarde por las tardes, pero es que también necesitaremos tenerla puesta hasta más tarde por las mañanas.
Antes la tarifa de la luz era más barata por la noche, pero hace unos años puede ser ese el tramo más caro, por lo que el pretexto del ahorro económico tampoco justifica el cambio. Llevan también muchos años diciendo que lo van a eliminar y dejarán un horario fijo, pero esto es algo que llevo décadas escuchando y que no me creeré hasta que no lo vea.
Por si fuera poco, además en España utilizamos un huso horario que no nos corresponde. Sí, sí, como lo lees. El meridiano de Greenwich atraviesa el país en su parte este, por lo que geográficamente deberíamos estar en el huso UTC. En lugar de eso, nos adelantamos una hora y usamos el UTC+1 para sincronizarnos. ¿El motivo? Lo arrastramos nada más y nada menos que desde la época de la Segunda Guerra Mundial. En 1940 el que entonces nos gobernaba, el general Francisco Franco, decidió que se usara el horario de Berlín en lugar del londinense. Priorizó la política por encima de la geografía, cosas de dictadores. Pero vamos para cinco décadas en que ese señor murió y nadie lo ha modificado desde entonces.
Entre los perjuicios que ocasiona este fenómeno aparte de la incomodidad puntual de estar adelantando y retrasando relojes el más importante es el desajuste en el ciclo del sueño. En invierno nos afecta menos porque al ganar una hora de noche nos despertamos descansados y apenas notamos que la noche cae antes. Sin embargo, en el cambio hacia el verano nos restamos esa hora de sueño justamente en la época del inicio del calor. Juntos pueden desestabilizarnos y durante varios días sentir una especie de jet lag. En mi caso me cambia el humor (estoy más irascible) y me baja la energía por lo que me siento fatigada que de costumbre. Para quienes lidiamos con ansiedad y/o depresión el cambio de estación ya es de por sí una temporada delicada y el cambio de hora no aporta beneficio.
Antes de la era digital, además, era molesto tener que andar localizando todos los relojes para cambiarles la hora. Algunos, además, no tenían más remedio que esperar casi un día para acompasarse porque su mecanismo no les permitía mover las agujas tan fácilmente. Ese es el caso del bonito reloj de péndulo que tienen mis padres en su salón. Ahora con los relojes inteligentes y conectados a internet esto se hace automáticamente y te acuestas por la noche en un horario y te levantas por la mañana en el otro de forma casi mágica, jeje.
En fin, esperemos que en 2026 sea de verdad la última vez que tengamos que hacer este cambio de hora. De momento mañana me tocará ajustar el reloj de la portada de este post. Lo hizo mi abuela con sus manos y fue de los últimos regalos que me dio.
Hasta la próxima publicación. Mientras tanto, ¡cuídate!
Herramientas: Cámara iPhone 13 Pro, editor de fotos Mac.
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©️Copyright 2024 Paloma Peña Pérez. Todos los derechos reservados.
Hi, dear hiver.
Today is not Sunday, the day I usually write these diaries. But I felt like telling you something and thanks to this community I can do it whenever I need to.
Tomorrow we will change the time in Spain, moving to daylight saving time. When I was a child I thought this happened everywhere in the world and as I grew up I discovered that it is a custom that remains in fewer and fewer countries. That's why I had the idea of writing this post, in case you want to know the reasons and characteristics of this event from my perspective.
The time change takes place twice a year. On the one hand, the change to winter time means putting the clocks back one hour, so it is earlier at dawn and dusk. The other case, the one that will happen tomorrow, we make the opposite move and bring that time forward so that the sun rises and sets later.
The reason that is always given to justify this disorder, because for me it is an inconvenience that I will write about a little later, is that it makes more use of the sunlight. It is something I have never understood, because the hours of sunlight do not change. They are the same. We will switch on the lights later in the evenings, but we will also need to keep them on later in the mornings.
In the past, the electricity tariff was cheaper at night, but a few years ago it may have been the most expensive time, so the pretext of saving money does not justify the change either. They have also been saying for many years that they are going to eliminate it and leave a fixed timetable, but this is something I have been hearing for decades and I won't believe it until I see it.
On top of that, in Spain we use a time zone that does not correspond to us. Yes, yes, as you read it. The Greenwich meridian crosses the country on its eastern side, so geographically we should be in the UTC zone. Instead, we go one hour ahead and use UTC+1 to synchronise. The reason? We have been using it since the time of the Second World War, no less. In 1940, our ruler at the time, General Francisco Franco, decided to use Berlin time instead of London time. He prioritised politics over geography, dictator stuff. But we've been dead for five decades and no one has changed it since.
Among the detriments caused by this phenomenon apart from the punctual discomfort of moving the clocks forward and backward, the most important one is the misalignment of the sleep cycle. In winter it affects us less, because we wake up an hour earlier because we gain an hour of sleep and hardly notice that night falls earlier. However, in the changeover to summer we subtract that hour of sleep just at the time of the onset of the heat. Together they can destabilise us and for several days we feel a kind of jet lag. In my case it changes my mood (I am more irritable) and my energy is lower and I feel more fatigued than usual. For those of us who deal with anxiety and/or depression, the change of season is already a delicate season in itself and the change of time brings no benefit.
Before the digital era, it was also annoying to have to find all the clocks to change the time. Some of them, moreover, had no choice but to wait for almost a day to adjust because their mechanism did not allow them to move the hands so easily. That's the case with the nice pendulum clock my parents have in their living room. Now with smart watches connected to the internet this is done automatically and you go to bed at night on one time and wake up in the morning on the other almost magically, hehe.
Anyway, let's hope that in 2026 it really will be the last time we have to make this time change. For the time being, tomorrow I will have to adjust the clock on the cover of this post. My grandmother made it with her own hands and it was one of the last gifts she gave me.
See you next time. In the meantime, take care!
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