Mi abuelo solía perderse horas y horas, la verdad jamás nos preocupo esa situación ¿que podría hacer un anciano? Así que lo dejábamos solo tal cual a él le gustaba.
Un día empezó un sonido de alerta algo extraño, empezaron a desaparecer niños, pasaron las semanas y dejaron de ser unos para ser muchos, apodaron a nuestro barrio como la CALLE DEL TERROR, bajo ese estado de alerta empecé a sentir miedo por mi abuelo, mi abuela insistía en que estaba bien y que lo dejara en santa paz.
Un mes de trágicas desapariciones donde no se hallaban a los niños ni menos cuerpos qué dieran cuenta de sus asesinatos, ¿qué cosa tan extraña pasaba? Me preguntaba cada día y noche, mi abuela como si nada cocinaba cada día más comida la cual llevaba a las familias donde habían desaparecido niños.
Un día la curiosidad me gano y seguí a mi abuelo, allí estaba en su jardín, estaba repleto de nuevas flores, cada planta tenía un nombre, pero esos nombres eran de niños o niñas, escuche susurros como si fuesen gritos desgastados, mi anciano abuelo entró a su galpón y salió con una bolsa qué chorreaba sangre.
Ingrese una vez el se había ido y sobre la mesa había sangre, en la esquina había un montón de ropa infantil, sentí hielo sobre mi espalda, salí rauda a ver a mi abuela y al ver por la ventana observe como él le entregaba partes del cuerpo de un niño.
No aguante las ganas y vomite tratando de sacar todo lo que guardaba mi estómago, me quede sentada bajo el árbol del jardín y tras unas cuantas horas entre a la casa, mi abuela iba de salida a la casa de la vecina a la cual le habían robado a su hijo, en sus manos llevaba una cacerola y risueña me dijo "esta comida le hará recordar a su hijo.
Nuevamente presente exponiendo mi creación ante la imagen de inspiración, invito a la amiga @naylet a participar de este ejercicio.
Felicidades a los ganadores y gracias por el premio.