En mi primer post luego de tanto tiempo, comenté que aún continuaba en el postgrado de pediatría, que solo me faltaba 1 año para culminarlo. Hoy quiero contarles porque decidí realizar esta especialidad.

Ser pediatra ha sido mi sueño de toda la vida, desde que era una niña; decidí estudiar Medicina, precisamente para esto ¿ la razón? A decir verdad no lo sé del todo; pero supongo que me inspiró quien fue mi Pediatra, el Dr Isaac Farache, que lamentablemente ya no se encuentra con nosotros en este mundo.

Fue el quien me inspiró a estudiar esta noble carrera, el amor que tenía al dedicarle a cada paciente, hasta el que me brindaba a mi misma, me hizo pensar siendo tan solo una niña, ¡yo quiero ser como él!. Mi deseo jamás cambió, terminé el colegio encaminada a estudiar medicina; posteriormente al iniciar la parte clínica durante mi pregrado, me convencí de que quería estudiar pediatría, y cumplir el sueño que alguna vez tuve.

Al culminar mi rural, llegó la pregunta ¿ haré el postgrado? hubo muchas dudas si continuar mis estudios con la especialidad; sin embargo, me animé, presente la prueba de admisión y quedé.

Han pasado casi dos años de especialidad, y muchas veces me hago esta misma pregunta ahora que estoy a nada de cumplir un sueño ¿ por qué pediatría?

Ahora la respuesta es otra y es simple....

¡Por ellos!

Por cada niño que atiendo, con tanto amor, con la esperanza de verlo sanar y regresar a casa, es la razón de continuar, la razón de soportar tantas cosas, a veces no tan buenas.

Trabajar en el área de la salud con niños, no es nada fácil, se ven milagros a diario, y otras veces situaciones muy tristes. Pero la capacidad de recuperación que tienen estos pacienticos, es única, algo que en lo personal, pienso que no poseen los adultos. Son capaces de perdonar y de olvidar tan fácilmente; lo noto cuando debo sacarles una muestra de sangre, en un momento están llorando por dolor, y en 5 minutos vuelven a sonreír, simplemente es magia.

Hay otra razón, por la cual decido continuar cada día y me levanto para ir a ese Hospital a enfrentarme a tantas situaciones difíciles: Por mi misma; por esa niña que alguna vez se propuso ser pediatra y hoy está a muy poco de lograrlo; y no les voy a mentir, es algo que me hace sentir muy orgullosa de mi misma, ya que no todos en la vida tienen la dicha de decir que han cumplido sus sueños de cuando eran niños