𝐇𝐨𝐲 𝐞𝐬 𝐣𝐮𝐞𝐯𝐞𝐬, «𝐞𝐥 𝐜𝐮𝐞𝐫𝐩𝐨 𝐥𝐨 𝐬𝐚𝐛𝐞», 𝐞𝐥 𝐝𝐢́𝐚 𝐝𝐞𝐥 𝐓𝐁𝐓. Mientras arden las manifestaciones y un Estado cumple sus amenazas más no sus promesas; otros luchan por sobrevivir a la tempestad. Les pongo en contexto.
Esta ha sido una semana difícil para mis hermanos venezolanos. Se ha prendido la mecha que anhelamos, no se extinga, y detone en la salida del régimen. Mis oraciones en la lejanía están centradas en la vida, la libertad, …, la paz.
Hay unos luchadores que batallan por sus propias vidas, me refiero en esta ocasión a los enfermos deficientes renales. Por lo general, esta sala de hemodiálisis habitualmente están todas las camillas llenas y a fuera de ella los demás pacientes esperando su turno.
La imagen que traigo hoy, es de esta mañana. Me la proporcionó mi cuñada Anomalía (esposa de mi hermano Henry), quien es enfermera profesional. Los pacientes no fueron atendidos estos últimos tres días (lunes, martes y miércoles), porque ni el personal pudo llegar al Centro Hemológico (menos los pacientes). Ya han registrado un total de 4 fallecidos por deficiencia respiratoria a causa del «charco», que significa que los niveles de agua e impurezas han sobrepasado los límites, se han complicado. Otros, han tenido que ser remitidos a otros Centros de Salud por el grave estado clínico que presentan (como hemoglobina por debajo de 5).
Como comentaba al principio de esta publicación, venezolanos que están luchando sus propias batallas mientras otro incontable número han salido a las calles a manifestar su descontento. Tristemente, he recibido videos donde muestra la crudeza del régimen, donde el diablo ya mostró los cachos.
He leído tres de las entradas de mis compañeros donde reflejan el pesar, la frustración. Es que me siento como si un familiar cercano haya fallecido, un vacío que no digiero. Un regreso a la patria que no cuaja. (Lágrimas).