Tienes toda la razón al decir que todo pasa por algo, fíjate que tu anécdota me hizo recordar una mía.
En una ocasión yo viajaba desde Valencia hacia Montalbán (mi pueblo) junto a mi esposa, mi suegra y mi hija mayor que en ese entonces pequeña, de pronto, cuando llegamos a Bejuma, es decir, el pueblo vecino de Montalbán, el carro comenzó a fallar, así que decidí entrar en Bejuma y detenerme un buen rato, tratando de encontrar la falla, pero simplemente no había explicación, abrí el capó del carro y cuando lo encendía, este se aceleraba, haciendo mucho ruido. Mi suegra me dijo eso mismo "No, importa, Victor, todo pasa por algo" así que nos bajamos del carro para tomar unos refrescos, al rato, subí al carro e intenté prenderlo nuevamente para ver si podía encontrar la falla y en esta ocasión prendió sin problemas, todo estaba perfecto, no había fallas, así que completamente desconcertados decidimos continuar el camino, sin embargo, justo antes de llegar al pueblo encontramos una cola de muchos carros, algo había pasado, cuando preguntamos nos dijeron que había ocurrido un accidente, en el cual había muerto incluso una persona, un conocido mío del pueblo.
Todos nos quedamos con la boda abierta, tal vez esa fe una forma de Dios para protegernos, el carro empezó a fallar y luego solito se arregló, necesitábamos ese retraso para evitar ese accidente.