Hola, querido hiver.
El precio justo de las cosas. ¿Cuánto vale mi tiempo? ¿Y mi esfuerzo? Confiar en mi instinto me ha llevado a grandes equivocaciones en el pasado. Ante la falta de reconocimiento ni agradecimiento, mi reacción solía ser redoblar mis esfuerzos hasta terminar vacía y sin energía. Hasta que cuerpo y mente decían basta.
No necesito que nadie me advierta de las nefastas consecuencias de no darme el justo valor que merezco. Ya las viví. Por eso trato de esforzarme por detectar las señales de que puedo repetir el proceso. Sé bien que cuanto antes lo frene menor será el perjuicio.
Una de esas señales es sentirme mal por dentro. No atino a definirlo con palabras concretas, es como si sintiera que me golpean el corazón. Un repentino puñetazo en las entrañas. En un instante se me nubla la mente, me desoriento y pierdo la noción de dónde estoy. Es ansiedad.
Ahora que cuento con una larga lista de experiencias acumuladas durante mi vida sé que cada vez menos cosas ni personas merecen que me sienta así. Antes tampoco lo merecían, pero yo no contaba con ese bagaje que hoy me permite darme cuenta de cuándo doy más de lo que recibo. Y no es justo para mí.
Crecer y desarrollarme como persona es eso, aprender a darme y quedarme en mi sitio satisfecha. Valorarme y hacer que me valoren, porque está más que demostrado que si dejas que se aprovechen de ti no habrá fin para esas demandas.
Me sigue faltando mucho por mejorar este último aspecto, pues me cuesta decir que no aunque con paciencia gano pequeñas batallas. En el día a día se aprecian poco, pero sumadas y vistas en retrospectiva un tiempo después me hacen consciente del punto en el que me encuentro. Y se acerca a donde quiero estar.
Soy responsable de lo que dejo entrar a mi vida. A nadie más que a mí corresponde abrir o cerrar las puertas de mi mente y de mi corazón. Hasta las murallas más robustas se cerraban por las noches y eran veladas por sus vigías. Está bien entregar, pero también lo está recibir.
Hasta la próxima publicación. Mientras tanto, ¡cuídate!
Herramientas: Cámara iPhone 13 Pro, editor de fotos Mac.
Si te gusta lo que publico, únete a mi Fanbase pinchando aquí
©️Copyright 2024 Paloma Peña Pérez. Todos los derechos reservados.
Hi, dear hiver.
How much is my time worth? And my effort? Trusting my instinct has led me to big mistakes in the past. In the absence of recognition and appreciation, my reaction used to be to redouble my efforts until I ended up empty and depleted of energy. Until body and mind said enough was enough.
I don't need anyone to warn me of the dire consequences of not giving myself the value I deserve. I have already experienced them. That's why I try to make an effort to detect the signs that I can repeat the process. I know well that the sooner I stop it, the lesser the harm will be.
One of those signs is feeling bad inside. I can't put it into concrete words, it's like I feel like I'm being hit in the heart. A sudden punch in the gut. In an instant my mind blurs, I become disoriented and lose track of where I am. It's anxiety.
Now that I have a long list of experiences accumulated during my life, I know that fewer and fewer things and people deserve to make me feel this way. They didn't deserve it before either, but I didn't have that baggage that today allows me to realise when I give more than I receive. And it's not fair to me.
To grow and develop as a person is to learn to give myself and to stay in my place satisfied. To value myself and to make them value me, because it is more than proven that if you let them take advantage of you there will be no end to these demands.
I still have a long way to go to improve this last aspect, as it is difficult for me to say no, although with patience I win small battles. On a day-to-day basis they are hardly noticeable, but added together and seen in retrospect some time later they make me aware of where I am. And it is close to where I want to be.
I am responsible for what I let into my life. It is up to no one but me to open or close the gates of my mind and heart. Even the stoutest walls were closed at night and watched over by their watchmen. It is good to give, but it is also good to receive.
See you next time. In the meantime, take care!
Tools: iPhone 13 Pro camera, Mac photo editor.
Translated with DeepL
If you like my content, join my Fanbase clicking here
©️Copyright 2024 Paloma Peña Pérez. All rights reserved.