Te entiendo perfectamente, cuando la carga sobrepasa la capacidad que tenemos, ya no es tan divertido y además nuestro cuerpo sufre y mucho. Y creo que has dado con la clave para que el trabajo no sea agobiante y es disfrutar lo que hacemos y para eso, debemos aprender a decir que no muchas veces.
Un abrazo amiga, saludos.