En internet hay muchas frases inspiradoras que dicen este tipo de cosas, siempre las ví como algo cliché y un poco utopicas. Sin embargo durante los últimos meses he notado que realmente es así, si amas lo que haces, no es que no trabajes, es que comienzas a disfrutarlo, y el tiempo se te pasa volando.

Ayer tenía una.jornada de vacunación en la comunidad de Cepe.En vista de que el ambulatorio es lejos de la orilla del mar y con todo el material para vacunar que llevábamos se nos hacía un poco complicado caminar hasta allí, decidimos quedarnos vacunando en la orilla del mar, poco a poco se fueron acercando las personas a vacunarse, y allí pasamos todo el día, disfrutando de la hermosa vista, y el hipnotizante sonido de las olas chocando en la orilla

El día se fue volando. Y no solo hicimos jornada de vacunación, también me tocó pasar consulta a algunos pacientes que se acercaban para que los examinarán. Hasta a una turista me tocó atender y que creen, hasta el desayuno me brindo y terminamos hablando muchísimo tiempo porque resulta que la señora era una doctora, una internista, y bueno nos encadenamos hablar sobre esta loca y muy dedicada profesión.

Luego se me ocurrió la brillante idea de pedir un coco, y a qué no adivinan como bajan los cocos, literal se amarran con un mecate al tronco de la palmera y comienzan a escalarlo hasta llegar a la cima, y allí poder tumbar los cocos. Si no me creen, les adjunto pruebas. Luego de que ví eso, me arrepienti de pedir los cocos, porque si ese señor se caía de esa altura, era más trabajo para mí.

En fin que así van pasando los días y en un abrir y cerrar de ojos ya tengo 2 meses y medio viviendo en este paraíso tropical y trabajando en lo que le apasiona. Se que quizá no sea el lugar de trabajo más convencional del mundo, pero lo importante es que me hace feliz estar acá, el resto, son solo las opiniones absurdas y los prejuicios que tienen terceros en sus mentes.