Así es. Esa experiencia nunca la olvidaré y creo que los que me vieron rodar, cuando lo recuerdan se deben reír de como me puse en pié y salí disparado como una flecha jajaj. Y ni hablar del río, que después de entrar y lavarme las heridas, se enfrió el cuerpo y no podía salir jaja. Me costó montarme nuevamente en el motor y llegar a la casa.
Gracias por leer, es reconfortante saber que apreció mi relato. Abrazos cordiales