Tengo 2 hijos de 17 años y este año se graduaron de bachilleres, que emocionante fue todo el proceso, pues fue un evento a varios actos...

Les cuento que cuando iniciaron el año escolar, ya se respiraban aires de graduación, todos emocionados, tanto los padres como los muchachos porque era el pase a otro nivel.

Primero ponernos de acuerdo en cómo podíamos recabar fondos, y se comenzaron a escuchar las propuestas tanto de los padres, como de los muchachos, pero el personal de la institución no permitió que los estudiantes ni opinaran en el asunto y desde allí hasta el mismo acto de graduación, fue un suplicio con esas personas.

Se realizaron algunas vendimias y loterías y los responsables eran los padres y representantes, porque los de la escuela brillaron por su ausencia, entonces los muchachos intervinieron prestando su colaboración, tanto en la venta de cartones, como en el desarrollo de la actividad, fue un éxito.

Tras bastidores, otros padres preparaban las cosas de la vendimia, a mi me tocaron las cotufas, los pastelitos, el jugo y los poquesitos, todo se vendió, lo que más me gustó fue ver a los chicos entusiasmados y emocionados.

Se hizo una rifa, pero no fue tan emocionante como la lotería, pero se organizó una segunda lotería esta no tuvo tanto éxito, porque fallaron los del sonido, coincidió con otro evento, pero con todo y eso obtuvimos buenas ganancias, después se realizaron varias rifas más y se completó para comprar parte del material de la labor social, que los de la escuela se empeñaron en hacer un piso y querían que el acto de grado se hiciera allí, a pleno sol y en un terraplén, allí comenzó otra desavenencia con los del colegio. Los padres y los chicos opinabamos que era mejor en el teatro de la ciudad y los de la escuela que se hiciera en el terreno, tanto fue el conflicto que a la final, la zona educativa fueron los que intervinieron y por fin se logró el teatro.

Se contrató quien lo decorara, con bombas, el epónimo y el número de la promoción, todo quedó lindisimo, el acto comenzó a las 6 de la tarde y salimos a las 8 de la noche. Todo fue bonito, emocionante, emotivo y todos disfrutamos de cada momento del acto de grado.

El momento más lindo y dulce fue cuando Luis Manuel, un compañero de mis hijos que también se estaba graduando, y que es Asperger, se levantó a recibir su título con una emoción grandísima, fue muy bonito verlo levantar los brazos y saludar, abanicando sus manos hacia el público, muy sonriente, no tienen precio esas emociones.

Después del acto, nos fuimos de fiesta con los chicos, bailamos, disfrutamos de la emoción de tener dos muchachos en la puerta de la universidad, para comenzar a darle forma a su vida y convertirse en los futuros profesionales que va a abrazar el campo laboral, de manera honesta e integra.