𝐇𝐨𝐲 𝐞𝐬 𝐣𝐮𝐞𝐯𝐞𝐬, «𝐞𝐥 𝐜𝐮𝐞𝐫𝐩𝐨 𝐥𝐨 𝐬𝐚𝐛𝐞», 𝐞𝐥 𝐝𝐢́𝐚 𝐝𝐞𝐥 𝐓𝐁𝐓. Cuando uno supera algo más del medio siglo, se puede decir que ha vivido y tiene puntos de referencia para hacer comparaciones de las generaciones que en la familia se han cosechado. Les pongo en contexto…
Para entrar en contexto, permítanme citar el orden que mundialmente se ha establecido durante el Siglo XX, cito textualmente de la página web de La Vanguardia:
- Generación silenciosa (Silent): Nacidos entre 1928 y 1948.
- Baby boomers: Nacidos entre 1945 y 1964.
- Generación X: Nacidos entre 1965 y 1981.
- Generación Y o Millennials: Nacidos entre 1982 y 1994.
- Generación Z o Centennials: Nacidos entre 1995 y 2009.
- Generación Alfa: Nacidos entre 2010 y la actualidad.
Cada generación numerada tiene sus propias características (fortalezas y debilidades), pero todas tienes sus particularidades y excepciones. La idea es no criticar.
La foto que hoy llamó mi atención, corresponde a un selfie de mi sobrino Henry Junior (primer plano), señalando al fondo a su hermano Maykol. Ambos hijos de mi hermano Henry, quienes viven en Caracas.
Henry Junior, de 37 años, le categorizamos dentro de la “Generación Y” y a Maykolino (así me acostumbré a dirigirme a Maykol), con 26 años, encaja perfectamente en la “Generación Z”.
Pero existe una clasificación paralela para los nacidos a partir del año 2000, la llamada “Generación de Cristal”, quienes, según la filosofía Montserrat Nebrera, se caracteriza por su supuesta fragilidad emocional a consecuencia de una crianza sobre-protectora.
A sus 26 años, Maykol es tal cual describen a los chicos de la “Generación de Cristal”. También se enmarca dentro del patrón del ámbito psicológico como “El Síndrome del Hijo Sándwich” o “Hijos del Medio”. «Le ha tocado fuerte a mi sobrino».
En la fotografía, mi sobrino Junior se está burlando de Maykolino porque “le tocó fregar los platos”. Y es que ese muchacho se enoja de nada. De pequeño llorón. A su edad, ya ha fracasado en tres relaciones; de trabajo en trabajo y abandonó la carrera universitaria en el primer semestre. Para analizar esto, ahora me voy a mi razonamiento científico.
Desde que tengo memoria, siempre he escuchado hablar de las diferentes generaciones y sus características. Sin embargo, nunca había prestado tanta atención hasta que empecé a observar a mi sobrino Maykol. Maykol, con sus 26 años, es un claro ejemplo de lo que muchos llaman la “Generación de Cristal”. Este término, aunque a veces utilizado de manera peyorativa, describe a los jóvenes nacidos después del año 2000, quienes son vistos como frágiles y altamente sensibles.
Maykol es un chico brillante, siempre conectado a su teléfono y redes sociales. La tecnología es una extensión de su ser, algo que para mí, que crecí en una época diferente, resulta fascinante y a veces desconcertante. Recuerdo una conversación que tuvimos hace poco, donde me explicaba con pasión su preocupación por el cambio climático y la justicia social. Su sensibilidad hacia estos temas es notable, y aunque algunos podrían verlo como una debilidad, yo lo veo como una fortaleza.
Una tarde, mientras caminábamos por el parque (diciembre 2022), Maykol me contó sobre una protesta en la que había participado. —“Tío, no podemos quedarnos callados ante las injusticias”. Me dijo con determinación. Su voz, aunque joven, llevaba una carga de responsabilidad que me hizo reflexionar. Esta generación, a la que pertenece Maykol, no teme alzar la voz y luchar por lo que creen justo. Son críticos y no aceptan las cosas tal como son, sino que buscan constantemente mejorar el mundo que les rodea.
Sin embargo, esta misma sensibilidad que le hace tan conscientes de los problemas sociales también lo hace vulnerables. Maykol, como muchos de sus amigos, a veces se siente abrumado por la presión de las expectativas y la constante necesidad de validación en las redes sociales. —“Es difícil, tío”, me confesó una vez, —“a veces siento que no soy suficiente”. Estas palabras me rompieron el corazón, pero también me hicieron entender la complejidad de ser joven en esta era digital.
Como miembro de una familia numerosa, he observado de cerca las dinámicas que se desarrollan entre los hermanos. Mi sobrino Maykol, quien se encuentra en la posición de hijo “sándwich”, es un claro ejemplo de los desafíos y oportunidades que esta situación conlleva. Además, siendo parte de la llamada generación de cristal, su experiencia se ve aún más matizada por las características propias de su generación.
Maykol, al ser el hijo del medio, a menudo se siente atrapado entre las expectativas y atenciones que reciben su hermano mayor y su hermana menor (Gilda). Esta posición intermedia puede generar en él una sensación de invisibilidad y una constante lucha por encontrar su propio espacio y voz dentro de la familia. Estas dos categorizaciones, considero que lo han formado más vulnerable a la crítica y a la frustración. La presión por cumplir con las expectativas familiares y sociales, combinada con su tendencia a sobre-analizar y preocuparse por el futuro, le han llevado a experimentar altos niveles de ansiedad y estrés.
Creo firmemente que la posición de hijo “sándwich” y su pertenencia a la generación de cristal le han brindado a Maykol una perspectiva única y valiosa. Su capacidad para mediar y su sensibilidad hacia los demás son cualidades que lo preparan para ser un líder compasivo y efectivo en el futuro. Además, su experiencia le ha enseñado la importancia de la resiliencia y la autoaceptación, lecciones que son esenciales para cualquier persona, independientemente de su posición en la familia o generación.
Si quieres participar, me parece que aún estás a tiempo, tienes hasta las 11:59 pm de HOY JUEVES, así que apúrate y recuerda cumplir las reglas.
ℂ𝕠𝕟𝕔𝕦𝕣𝕤𝕠 𝕕𝕖 𝕋𝔹𝕋 - 𝕌𝕟 𝕕𝕚́𝕒 𝕕𝕖 𝕖𝕤𝕠𝕤.
A ver si se animan, las amigas @tiffanny y @faniaviera, y el amigo @silher…
CRÉDITOS
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Arte del título: CoolText