Ayer fue un día especial, un día que siempre recordaré en mi memoria con mucho cariño. Fue el Día de las Madres en la escuela de mi hijo Fabian, y como siempre las maestras se superaron en la organización del evento. Fue un día lleno de emociones y alegría, un día dedicado a nosotras, las madres luchadora y guerreras.
Cada grado hizo una presentación distinta, creando un espectáculo variado y entretenido. Hubo bailes, poemas y canciones, cada uno más emotivo que el anterior. Nosotras, las madres nos sentamos en las sillas, observando con orgullo y amor a nuestros hijos dedicándonos su tiempo y esfuerzo, muchos de ellos nerviosos con miedo escénico, pero igual se pararon en la tarima y realizaron su show, entre risas y lagrima disfrute cada una de las presentaciones.
Después del acto, la maestra de mi hijo nos invitó al salón de clase. Allí nos esperaba otra gran sorpresa: un desayuno delicioso, ponquesitos, rosas y un detalle encantador hecho por los niños con la ayuda de la maestra. Fue un gesto que nos tocó el corazón a todas.
En medio del show, se fue la luz. Pero eso no impidió que la celebración continuara. Las maestras siempre preparadas para cada ocasión, sin duda son unos seres excepcionales.
Estas maestras hacen una labor increíble. Todo estaba perfectamente organizado y decorado, demostrando su dedicación y amor por lo que hacen. Me siento agradecida por tenerlas en la vida de mi hijo.
Espero que Dios me dé muchos años más de vida para seguir disfrutando de estos hermosos momentos. Momentos que se convierten en recuerdos preciosos, recuerdos que llevaré en mi corazón para siempre. Porque al final del día, eso es lo que realmente importa, los momentos compartidos, las risas, las lágrimas, el amor. Y estoy agradecida por cada uno de ellos.
English VersionYesterday was a special day, a day that I will always remember fondly in my memory. It was Mother's Day at my son Fabian's school, and as always the teachers went above and beyond in the organization of the event. It was a day full of emotions and joy, a day dedicated to us, the fighter and warrior mothers.
Each grade made a different presentation, creating a varied and entertaining show. There were dances, poems and songs, each one more emotional than the last. We, the mothers, sat in our chairs, watching with pride and love our children dedicating their time and effort to us, many of them nervous with stage fright, but they still stood on the stage and performed their show, between laughter and tears they enjoyed each of the presentations.
After the act, my son's teacher invited us to the classroom. There, another big surprise awaited us: a delicious breakfast, cupcakes, roses and a lovely gift made by the children with the help of the teacher. It was a gesture that touched all of our hearts.
In the middle of the show, the power went out. But that did not stop the celebration from continuing. The teachers are always prepared for every occasion, without a doubt they are exceptional beings.
These teachers do an incredible job. Everything was perfectly organized and decorated, showing their dedication and love for what they do. I feel grateful to have them in my son's life.
I hope God gives me many more years of life to continue to enjoy these beautiful moments. Moments that become precious memories, memories that I will carry in my heart forever. Because at the end of the day, that's what really matters, the moments shared, the laughter, the tears, the love. And I am grateful for every single one of them.
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