¡Hola a todos en al comunidad de Travelfeed! El día de hoy me uno por primera vez a esta comunidad, lo cual es para mí un placer hacerlo a través de la siguiente reseña turística: de Nevada a Arizona. Un viaje con destino a conocer el Gran Cañón de Arizona. Aclararé que para ello me he valido de imágenes y videos que pude registrar de aquella experiencia (cómo también mis palabras), así que espero que disfruten tanto del vídeo cómo de la historia detras de esta aventura. También quisiera decir que en una ocasión anterior hablé en otra publicación sobre este viaje, sin embargo, aquí contaré algunas cosas que no conocían y otros detalles no tan populares. Comencemos con ello.
En Enero de este año 2024, estaba por dar por terminado mi viaje a Nevada. Lugar dónde reside mi hermana y quién fue participe de varias de mis aventuras en el país. Mi hermana y yo teníamos varias semanas planificando el viaje más importante de nosotras: viajar al Gran Cañón. Para ello, necesitábamos contar con: suficiente combustible (viajariamos en carro propio), alimentos y bebidas, repuestos y herramientas, buena vestimenta (era invierno y a esa altura necesitábamos estar protegidas), efectivo y otras cosas. Todo iba bien hasta que nos enfermamos en diciembre. Fue una gripe muy fuerte pues duramos unas dos semanas con fiebre, tos y malestar general. Eso retraso el viaje pues varias veces cuando creíamos estar mejor, volvíamos a recaer.
Cuando ya no existieron contratiempos, pudimos finalmente comenzar el viaje. Ese día nos levantamos muy temprano, nos alistamos, preparamos la comida y nuevamente revisamos el carro. Cómo todavía era temprano, ese mismo día mi cuñado nos pidió un favor de hacer una diligencia. Nos atrasamos un poco pero una vez que cruzamos la autopista para ir a Arizona, sentimos alivio. Yo fui grabando todo cuanto pude: la salida de Nevada, la entrada a Arizona, las montañas, las paradas, etc. Cuando estábamos cerca de llegar a la entrada de la carretera al Gran Cañón, notamos que había nieve. Había nevado y la naturaleza nos dejó una superficie llena de blanco. Yo no conocía la nieve por lo que me baje a tocarla por primera vez. Fue una sensación muy bonita, era blanda, suave y agradable. Siempre quise saber que se sentía y lo había logrado.
Más tarde cuando llegamos al aposento dónde debes estacionar y comprar las entradas para poder acceder al Gran Cañón, sabíamos que íbamos a tener frío pues estábamos temblando. Cómo pudimos nos vestimos, con varias capas de ropa y grandes abrigos. Nosotras compramos los boletos para acceder al Skywalk, pero realmente no fue muy bueno cómo pensabamos: muy caro, no puedes tomar fotografías (solo comprar por paquetes fotográficos a los fotógrafos autorizados de allí) y es un área restringida porque hay una formación rocosa que luce cómo un aguila. Mi hermana y yo sentimos que no estábamos viendo lo que esperábamos, así que nos fuimos a preguntar a una de las trabajadoras de allí y nos explico todo: hay tres puntos importante; el Skywalk, el Guano y la Reserva de los Hualapai. El segundo, es dónde realmente podrás acceder a la formación rocosa sin ninguna limitación.
Con eso en mente, mi hermana y yo tomamos el bus (el cual trabaja para trasladar a los turistas a todos los puntos), para llegar hasta el Guano. Allí finalmente pudimos ver el Gran Cañón en todo su esplendor. Caminamos bastante, con la idea de poner conocer cada espacio que podíamos. Era muy bello, inmenso y casi cómo si sintieras que estás dentro de una película. Mi hermana y yo nos sentamos en una roca para poder descansar y contemplar con fundamento todo. Nos había costado mucho llegar hasta aquí y jamás en nuestras vidas pensamos que estaríamos allí, en una meseta del Gran Cañón, juntas. Fue conmovedor y sobrecogedor. Por eso a modo de broma le dije a mi hermana que debíamos culminar la noche viendo Thelma&Louise, un clásico que me motivó a conocer este lugar. Finalmente amigos míos, esta ha sido mi experiencia. Sin más que decir, los dejo con el vídeo. Un abrazo.
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