[ESP/ENG] Un cuento de navidad/ A Christmas story / By @gilliatt

in Literatos10 months ago

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Esa noche Ernesto no lograba conciliar el sueño, apenas cumplidos los 32 años y ya sentía que la vida lo habia acorralado, solo y con dos niños pequeños, con la terrible situación económica que atravesaba el país, además del hecho de haber perdido su empleo justo antes de la temporada navideña, y los niños, con sus gritos por toda la casa, y las cartas al niño Jesús, realmente le complicaban mucho las cosas, y le hacían un nudo en la garganta.

En Latinoamérica la navidad es muy variable, según el país donde te encuentres, algunos esperan a San Nicolás o Santa Claus, más al sur, al viejo pascuero, pero en Venezuela es distinto, la tradición dicta esperar las 12 de la noche del 24 de diciembre al niño Jesús, además hay otra tradición que exige estrenos de ropa para ese dia, y para la entrada del año, también debe recibirse al año nuevo con alguna prenda amarilla, algo prestado, y también algo usado, comerse 12 uvas apresuradamente en los últimos 12 segundos del año, (cada una representa un mes del año que se va), incluso al sonar las doce campanadas de la medianoche del 31, algunos salen a la calle a pasear las maletas esperando con esto que el año nuevo les permita viajar, en fin, las navidades encierran costumbres y tradiciones que aún sobreviven a pesar de la barbarie de la sociedad en la que vivimos, el internet y las redes sociales.

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Todo esta serie de pensamientos trasladó a Ernesto a tiempos mejores, sus padres en vida, mantuvieron su inocencia hasta casi su adultez, de hecho el descubrió la verdad por si mismo, y aún así en su juventud, y aún después de esto nunca le faltó un regalo de niño Jesús ni la ropa de estrenos en navidad y año nuevo.

Pero ahora era distinto, le correspondía a él hacer posible la navidad, y además de todo esto, debía pensar en la tradicional cena navideña, está se basa en hallacas, (un plato típico de Venezuela que solo se prepara para las fiestas decembrinas) acompañadas de pan de jamón, ensalada de gallina, y dulce de lechosa o papaya.

A Ernesto se le sumaba el hecho de que Elena su esposa hacía seis meses que había emigrado buscando una mejor vida, con la promesa de enviarles dinero y asi reencontrarse más adelante, pero no había sabido nada más de ella, aunque hasta el último momento pensó que ella se comunicaría con él, para ayudarlo por la navidad y los niños, (aunque solo fuera por los niños), pero a estas alturas su corazón ya sabía que esto no sucedería.

El 24 en la mañana salió bien temprano, sabía que debía hacer algo para salvar la navidad, aunque no sabía muy bien que hacer, de pronto tuvo una idea, tomó el viejo reloj de su padre y lo fué a empeñar, este era lo único que le quedaba de él, y unas joyas de su madre, que si bien para Ernesto tenían todo el valor del mundo, para el usurero de la casa de empeños resultaron ser objetos de muy poco valor.

Al final logró salir de allí con un puñado de billetes que no le alcanzaban más que para unos regalos y una modesta cena, ya no tan navideña.

Ernesto se las arregló para que los vecinos cuidarán a los niños mientras volvía a la casa con las cosas que pudo comprar, escondió todo de prisa y comenzó a preparar la cena, al terminar esta, exhausto, se tendió en el sofá a descansar, quedándose dormido y cayendo en un profundo sueño.

En este mágico y milagroso sueño volvió a casa de sus padres en una noche de navidad, y como en los sueños todo es posible, se vio a si mismo sentado a la mesa, comiendo y disfrutando de una cena navideña tal cual como la recordaba, pero desde su perspectiva actual notó algo que se transformaría horas después en una epifanía que cambiaría su navidad para siempre.

Todo estaba allí, el árbol de navidad, no tan grande ni tan esplendoroso como lo recordaba, tampoco la cena era tan majestuosa, al contrario, pudo ver las limitaciones que en su infancia no pudo notar, y sus padres, cuanta alegría poder mirarlos nuevamente, en los ojos de su padre podía verse una verdadera batalla de sentimientos encontrados, mientras su madre servía la humilde cena, con la alegría de ver a su pequeño feliz, devorando rápidamente la cena para irse a dormir muy temprano, y esperar la llegada del niño Dios, y con él, su tan anhelado regalo.

Mientras el pequeño Ernesto se quedaba dormido, al mismo tiempo el otro Ernesto, el ya no tan joven despertaba, pero este ya no era el mismo, sus ojos brillaban con una alegria indescriptible, en ese momento se dibujó una sonrisa en sus labios y su corazón rebosaba de uno de los sentimientos más hermosos que posee el ser humano, y que representa el regalo que cada año trae el niño Dios a cada uno de nuestros hogares:

La esperanza.

Fin.

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English.

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That night Ernesto could not get to sleep, he was barely 32 years old and he felt that life had already cornered him, alone and with two small children, with the terrible economic situation the country was going through, plus the fact that he had lost his job just before the Christmas season, and the childrens, with their screams all over the house, and the letters to the baby Jesus, really complicated things a lot, and made him feel a lump in his throat.

In Latin America Christmas is very variable, depending on the country where you are, some people wait for Saint Nicholas or Father Christmas, more to the south, for the old Easter man, but in Venezuela it is different, the tradition dictates to wait for the baby Jesus at 12 midnight on December 24th, there is also another tradition that demands new clothes for that day, and for the beginning of the year, you should also welcome the new year with some yellow garment, something borrowed, and also something used, eat 12 grapes in a hurry in the last 12 seconds of the year, (each one represents a month that is leaving), and also something used, even at the sound of the twelve bells at midnight on the 31st, some people go out into the street to carry their suitcases in the hope that the new year will allow them to travel, in short, Christmas has customs and traditions that still survive despite the barbarity of the society in which we live, the internet and social networks.

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All this series of thoughts took Ernesto back to better times, his parents in life, kept his innocence until almost his adulthood, in fact he discovered the truth for himself, and still in his youth, and even after that he never lacked a gift of baby Jesus or the new clothes at Christmas and New Year.

But now it was different, it was up to him to make Christmas possible, and besides all this, he had to think about the traditional Christmas dinner, which is based on hallacas, (a typical Venezuelan dish that is only prepared for the Christmas holidays) accompanied by ham bread, chicken salad, and Dessert of lechosa or papaya.

To Ernesto was added the fact that Elena, his wife, had emigrated six months ago in search of a better life, with the promise of sending them money to be reunited later, but he had not heard anything more from her, although until the last moment he thought that she would contact him, to help him for Christmas and the children, (even if only for the children), but by now his heart knew that this would not happen.

He knew he had to do something to save Christmas, although he didn't know what to do. Suddenly he had an idea, he took his father's old watch and pawned it, it was the only thing he had left of his father's, and some of his mother's jewellery, which, although for Ernesto had all the value in the world, for the pawnbroker at the pawnshop they turned out to be objects of very little value.

In the end, he managed to get out of there with a handful of money that were only enough for a few presents and a modest, not so Christmasy, dinner.

Ernesto arranged for the neighbours to look after the children while he returned to the house with the things he was able to buy, hurriedly hid everything and began to prepare supper, and when he finished, exhausted, he lay down on the sofa, fell asleep and fell into a deep sleep.

In this magical and miraculous dream he returned to his parents' house on a Christmas night, and as in dreams anything is possible, he saw himself sitting at the table, eating and enjoying a Christmas dinner just as he remembered it, but from his present perspective he noticed something that would transform hours later into an epiphany that would change his Christmas forever.

Everything was there, the Christmas tree, not as big or as splendid as he remembered it, the dinner was not as majestic, on the contrary, he could see the limitations that in his childhood he could not notice, and his parents, what a joy to look at them again, in his father's eyes you could see a real battle of mixed feelings, while his mother served the humble dinner, with the joy of seeing her little boy happy, quickly devouring the dinner to go to bed very early, and wait for the arrival of the baby God, and with him, his respective gift.

While little Ernesto fell asleep, at the same time the other Ernesto, the not so young Ernesto woke up, but he was no longer the same, his eyes shone with an indescribable joy, at that moment a smile was drawn on his lips and his heart overflowed with one of the most beautiful feelings that human beings possess, and that represents the gift that every year brings the child God to each one of our homes:

The hope.

The end.

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Tu relato refleja una realidad difícil, pero llena de valentía. Vivir en Venezuela, como en cualquier otro país, presenta desafíos y dificultades que pueden separar a las familias y poner a prueba nuestra capacidad de salir adelante. Es comprensible que lidiar con todas estas situaciones pueda generar frustración y afectar nuestra salud mental. Sin embargo, a pesar de las adversidades, considero que las personas en Venezuela son verdaderos guerreros.

Es apenas la punta del iceberg, son millones de historias, todas parecidas, sin embargo tampoco se tienen muchas opciones, al final todo se resume en La esperanza en el creador, gracias por leerme.