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No es una exageración afirmar que Márgaret estaba deslumbrante y despampanante esa noche. No es una modelo ni mucho menos, pero ese vestido le hace resalta los atributos que tiene de manera sugerente y elegante.
La vista de casi todos los hombres solteros del salón se posan en ella y, para qué mentir, la de uno que otro casado. Aunque lo desconcertante es que ella no nota lo atrapante que luce.
También, no es un secreto, la envidia de ciertas mujeres es palpable en el lugar. En especial, la de una que no se deja ver abiertamente y que no fue invitada.
La velada transcurre sin ningún contratiempo. Todos toman sus sitios en el cuarto, los que están señalados para cada uno. El escritor, la representante y la editorial se sienta en la mesa larga al fondo del salón.
La presentación es emotiva de parte de Márgaret, de Fernando. La editorial solo puede decir maravillas de las dos personas y viceversa. El brindis no se hace esperar y todos levantan sus copas en señal de felicitaciones y de admiración.
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Cuando Fernando toma la iniciativa de decir algunas palabras más, una mujer grita desde el fondo del salón. Para la sorpresa de Marga, la misma estúpida que entró en su oficina meses antes.
La sorpresa se nota en el rostro de Marga. ¡Qué insoportable mujer! Pero sus facciones se volvieron sombrías con cada palabra de la zorra bien vestida.
―Y un cuero de escritor, es un plagiador. Eso es lo que es.
¿Cómo sabe ella sobre ese episodio innombrable? El rostro de Fernando se desencaja, la mira, sorprendido y traicionado. Márgaret solo asiente con la cabeza y cuando va a dar una respuesta abierta, un hombre toma a la energúmena por el brazo y la manda a callar.
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―Disculpen a esta mujer. Está confundida con el escritor de al lado. Está como loca pensando que todos son plagiadores.
Para su sorpresa es Alejandro, de nuevo a la vista de ella y no en los mejores términos. Pero sería mentir si dijera que no le atrae verlo, su mirada, su prepotencia, su seguridad. Nota cómo llama a alguien con la mirada. De la nada, ve aparecer a dos hombres que toman de la mano a la estúpida y se la llevan.
―Brindo por este magnífico escritor, por su representante y por la editorial. Felicidades ―dice con elegancia, levantando la copa.
Todos se le unen y los vítores no se hacen esperar. Marga lo mira con agradecimiento y le sonríe. Algo dentro de Alejandro José se remueve, haciendo crecer una urgencia de estar frente a frente con ella. ¿Se atreverá?
Chapter 15. Do you dare?
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It is not an exaggeration to say that Márgaret was stunning and stunning that night. She's not a model by any stretch of the imagination, but that dress makes her attributes stand out in a suggestive and elegant way.
The eyes of almost all the single men in the room are on her and, to tell the truth, those of the occasional married man. Although the disconcerting thing is that she doesn't notice how stunning she looks.
Also, it is no secret, the envy of certain women is palpable in the place. In particular, that of one who is not openly seen and who was not invited.
The evening goes by without a hitch. Everyone takes their places in the room, the ones designated for each of them. The writer, the representative and the publisher sit at the long table at the back of the room.
The presentation is emotional on the part of Márgaret and Fernando. The publisher can only rave about the two people and vice versa. The toast is not long in coming and everyone raises their glasses in a sign of congratulations and admiration.
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When Fernando takes the initiative to say a few more words, a woman shouts from the back of the room. To Marga's surprise, the same stupid woman who entered her office months before.
The surprise shows on Marga's face . What an unbearable woman! But her features turned grim with every word from the well-dressed vixen.
—And a writer's leather, he's a plagiarizer. That's what he is.
How does she know about that unmentionable episode? Fernando's face unhinges, he looks at her, surprised and betrayed. Margaret just nods her head and when she is about to give an open answer, a man grabs her by the arm and tells her to shut up.
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—Excuse this woman. She's confused with the writer next door. She's like crazy thinking they're all plagiarists.
To her surprise it is Alejandro, again in her sight and not on the best of terms. But she'd be lying if she said she wasn't attracted to the sight of him, his look, his arrogance, his confidence. She notices how he calls out to someone with his eyes. Out of nowhere, she sees two men appear and takes the stupid woman by the hand and lead her away.
—I drink to this magnificent writer, to his agent and to the publishing house. Congratulations,” he says elegantly, raising his glass.
Everyone joins him and the cheers are immediate. Marga looks at him with gratitude and smiles. Something inside Alejandro José stirs, making an urgency to be face to face with her grow. Will he dare?
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