Roberto y Carla, estaban realmente felices, por fin habían logrado hacer un descubrimiento de una sustancia natural, que en sus primeras pruebas, les había dado un inscribible resultado, que de comprobarse con las diferentes pruebas que debían hacer, les permitiría realizar un remedio, que casi inhibía los síntomas de la arteriosclerosis y de otras enfermedades cardiovasculares.

Lo que significaba, que si lograba demostrar que esta sustancia natural funcionaba, podrían realizar pruebas para la creación de medicamentos, los cuales disminuirían ampliamente los riesgos de muerte en la población por enfermedades cardiovasculares, lo que le daría, mayor calidad de vida a una gran cantidad de personas que sufren esas enfermedades.

Roberto y Carla, habían conseguido la sustancia natural, en unas plantas que habían traído unos botánicos de la universidad, que estaban realizando unas investigaciones de campo en el Estado Amazonas. Ellos, recibieron unas muestras de las plantas para su estudio en la facultad de farmacia, y al ellos hacer las pruebas consiguieron esa maravillosa sustancia, a la cual no le habían dado un nombre todavía.

Después de hacer las primeras pruebas, y hacer el descubrimiento, Carla y Roberto, pidieron a la facultad de botánica, más hojas de la planta, para seguir realizando pruebas. Ellos no querían continuar, con las hojas de muestra que les quedaban, ya que en ellas había larvas de mariposas, y pensaban, que con esas larvas, podría haber algún tipo de corrupción del material de prueba.

Una vez que llegaron, las nuevas plantas, Carla y Alberto, realizaron nuevas pruebas, pero las nuevas pruebas, no daban los mismos resultados que las pruebas anteriores, lo que hizo, que ambos entraran en un proceso de desesperación, debido a que no entendían, los resultados de las nuevas pruebas.

—Realmente no entiendo, estamos haciendo las mismas pruebas, pero no obtenemos los mismos resultados. Hay algunos de los elementos activos, pero no están todos. ¡Es una locura! — dijo Roberto, bastante preocupado.

—Yo también ando algo frustrada. Pero antes de tirar todo por la borda o caer en desesperación, revisemos las notas de las pruebas anteriores y realicemos las pruebas nuevamente. —

Después de haber realizado, varios procedimientos, las pruebas de la química de las hojas, seguían siendo negativas. Roberto explotó y, con una frustración tremenda, dijo: —No soporto más, voy a salir a caminar y distraerme, después me voy a mi casa. Seguimos, mañana. ¡Estoy harto! ¿Quieres venir conmigo? —

Carla miró a Roberto, y le dijo: —No ve tú, sal y distráete, yo quiero revisar unas cosas y prefiero hacerlo sola, debido a que tu actitud no me ayuda mucho. —

—Sé que estoy molesto y frustrado, te pido perdón por eso. A lo mejor eran los químicos con los que hicimos las primeras pruebas, que estaban contaminados. En realidad, no lo sé, mejor me voy, hablamos mañana. Feliz tarde. — dijo Roberto al despedirse.

Carla siguió haciendo pruebas y más pruebas, hizo cambios en los contenidos de los químicos, varió las cantidades, e hizo infinidad de cambios, pero en ninguno de ellos se acercaba a los resultados anteriores.

Llegó un momento en el que Carla sintió hambre y decidió salir a comprar algo para comer. Cuando Carla salió de la facultad, ya era de noche y decidió irse a la casa. Yendo de camino a casa, se consiguió con unas amigas en la universidad, que la invitaron a comer y después convencieron a Carla, para que las acompañara al cine.

Carla, en un principio, se negaba a ir, pero sus compañeras la convencieron, diciéndole, que la manera de ser más productiva al día siguiente en su experimento, era eliminando el estrés. Carla, efectivamente, disfrutó la película y la salida con las amigas. Y cuando llegó a casa, en vez de estar pensando en el fracaso de las pruebas, tenía sus pensamientos en lo bien que lo había pasado con sus amigas.

Cuando Carla, se estaba duchando, para acostarse, se acordó de la fase de una de sus amigas en el cine, era una frase, sobre un chocolate, su amiga había dicho: —Aunque es el mismo chocolate, y aunque es de la misma marca, no me sabe igual que antes, no lo sé, tal vez sea por el hecho de que le cambiaron la envoltura, pero realmente no me sabe igual. Y aunque ustedes me digan que eso es psicológico, realmente el chocolate, no me sabe igual. —

En ese momento, Carla, se dijo así misma: ¡Aja, el problema son los químicos, el problema es la muestra que es diferente! En ese momento, Carla, llamó a Roberto y le dijo que se fuese de inmediato a la facultad.

En el laboratorio, Carla y Roberto, hicieron las pruebas con las muestras anteriores, y los resultados resultaron positivos. Ambos se miraron a la cara, llenos de expectativas y de mucha alegría.

Después de varias investigaciones y pruebas, se dieron cuenta de que la sustancia activa para la realización del medicamento, se generaba cuando los elementos químicos de la planta, se unían a una enzima que producía la larva de la mariposa.

Lo que significaba, que la enzima de la larva, activaba los procesos químicos de la sustancia activa. Al hacer el descubrimiento, Carla y Roberto, publicaron los artículos académicos, dando a conocer los descubrimientos de su investigación, lo que está permitiendo a la facultad de farmacia, realizar los medicamentos para las primeras pruebas con seres humanos.

Sin embargo, Carla y Roberto, al igual que la universidad, estaban conscientes de que con ese descubrimiento, pronto podrían producir medicamentos para aliviar las enfermedades vasculares de la población.

Gracias por leerme.