La tarde estaba hermosa y fresca, Daniela y su padre acababan de llegar al Gimnasio Olímpico de la ciudad, para averiguar si había inscripciones en las clases de gimnasia. Daniela, estaba muy emocionada, ella le pidió a su padre que la llevará ahí, para ver cómo eran las clases de gimnasia y ver si se podía inscribir para aprender ese deporte.

Daniela, había quedado muy impactada, al ver lo que hacían las niñas que practicaban gimnasia en la televisión, y desde que vio las competencias, se imaginaba haciendo lo mismo. Ella le comentó a su padre su interés por el deporte y él la apoyó y le dijo, que si ella de verdad lo deseaba, él la llevaría para ver si había posibilidad de que ella practicara gimnasia en su ciudad.

A las dos semanas de haber terminado las competencias en la TV, el interés de Daniela seguía vivo, y Jorge, su padre, comenzó a preguntar y averiguar si había posibilidades de practicar gimnasia en su ciudad. Al investigar, Jorge se enteró de que en la ciudad, había una escuela de gimnasia en Gimnasio Olímpico, así que decidió llevar a Daniela con él, para que averiguar todo lo referente a la inscripción y para que Daniela viera el ambiente, a ver si le gustaba.

Cuando llegaron a la Escuela de Gimnasia, Jorge, dejó a Daniela al frente de las colchonetas de práctica, mientras él iba a preguntar todo lo referente a las inscripciones y los requisitos, para poder inscribirse. Mientras él hacía eso, Daniela miraba a la gente corriendo, haciendo estiramientos y calentando su cuerpo antes de comenzar a entrenar.

Ella estaba muy entusiasmada, viendo a las niñas correr y saltando sobre el potro, de hecho, vio a una niña brincar tan alto, que se impresionó y dijo en voz alta, ¡Yo, jamás podría hacer eso¡En ese momento, escucho la voz de otra niña que le decía, ‘‘Claro que puedes hacer eso y muchas cosas más, lo que debes haces es entrenar y ser disciplinada’’.

Daniela se volteó, y vio a una niña de unos 6 o 7 años, ella pensaba que tenía la misma edad que ella, estaba vestida con un leotardo y tenía su pelo recogido. Al ver que Daniela se le quedaba mirando, la niña se presentó.

—Hola, soy Lucia, estoy en las clases de Gimnasia. —

—Hola, yo soy Daniela, y vine con mi papá, para ver lo de la inscripción en la escuela. —

—Qué bueno, sabes, es muy bonito entrenar y el grupo de inicio es muy unido y nos apoyamos las unas a las otras, ojalá entres pronto. — Dijo Lucia.

—A mí me gusta mucho, pero de verdad no sé si pueda ser buena o si pueda hacer lo que las otras niñas hacen, son increíbles.— Dijo Daniela.

—No te preocupes, todas empezamos desde cero, lo importante es empezar y no ponerse limitaciones, siempre podrás lograr lo que deseas con trabajo y esfuerzo. Eso me lo enseño mi mamá. — Comentó Lucia.

En ese momento, llegó Jorge con todos los datos para la inscripción y le dijo a Daniela, —Ya tengo toda la información. — Daniela, le presentó a Lucia a su papá y después se despidieron. Jorge y Daniela, hicieron un recorrido por todo el lugar, Jorge le presentó a Daniela al entrenador y a la señora que lo atendió en la inscripción y después de ver parte del entrenamiento y las exigencias del mismo, Jorge y Daniela, se fueron a la su casa.

Cuando llegaron a la casa Daniela, le contó a su mamá y a su hermana, lo que vio, lo duro que era el entrenamiento y les dijo, lo impresionante que era lo que esas niñas hacían en las barras y en los otros aparatos. Ella estaba muy contenta y a la vez, se le notaba algo preocupada.

Su mamá y su hermana empezaron a bromear con Daniela, y le decían lo bonita que se iba a ver en las competencias con su leotardo y su pelo recogido. Cuando su mamá le preguntó que era lo que más le gustaba, Daniela le dijo, que lo más le gustaba y lo que quería hacer eran las barras paralelas, pero después de un minuto, le dijo a su familia.

—No sé, si yo sirva para ser gimnasta, y no sé si pueda competir, es muy difícil. — Dijo Daniela con vos angustiada.

Sus padres y su hermana la vieron y comenzaron a hablar con ella. —Daniela, lo importante de practicar un deporte es hacer algo que te guste y que lo disfrutes, no que te cause angustia, debes disfrutarlo. — Le dijo su mamá.

—Pero cómo haré para estar entre las mejores, no quiero decepcionarlos. — Comentó Daniela.

—Daniela, lo importante es que hagas lo que te gusta y que lo hagas lo mejor posible, no importa si ganas o pierdes, lo que importa es que des lo mejor de ti en cualquier cosa que vayas a hacer, en los estudios, en la música, en la gimnasia, como madre, como trabajadora, cuando seas adulta. Dar lo mejor de ti y hacer las cosas con amor, es lo importante. Por otro lado, jamás nos vas a decepcionar, ni nos vas a fallar, y si intentas hacer algo y fracasas, no te vamos a acusar, ni te vamos a castigar, ni te vamos a reclamar. Te vamos a apoyar, ya que eres nuestra hija y nuestra familia. — Le dijo Jorge a Daniela, con tono amable, comprensivo y amoroso.

—Chiquilina, no vayas a ver el deporte solo como una competencia para ser la mejor, o para ser mejor que los demás, si lo haces así, no verás a tus compañeros como amigos, sino como competidores. Debes ver la gimnasia, así como yo veo el voleibol, como algo divertido, donde uno aprende disciplina a trabajar en equipo y apoyarse mutuamente, así podrás ver al equipo, como otra familia, donde todas estén unidas y se apoyen. Y lo importante no es ganar, lo importante, es dar lo mejor de ti y hacer con amor, todo aquello que hagas. — Le dijo Claudia, su hermana adolescente.

A partir de ese momento, Daniela se clamó y decidió inscribirse en las clases de gimnasia. Ahora sabía, que no estaba ahí para ser mejor que las demás, sino para dar lo mejor de sí, ser parte de un equipo y apoyar y ser apoyada por sus compañeras. Y sin importar, que otras niñas pensaran diferente, Daniela, ya sabía cuál era su camino, y sabía que en ese camino, ella, podría disfrutar del deporte, podría aprender disciplina, trabajo en equipo, y podría apoyar y ser apoyada.

Daniela inició su experiencia en la gimnasia, con paso firme y con la seguridad del apoyo y del amor de su familia, y además sabía, que ese amor y ese apoyo, sería para todo lo que hiciera en la vida, lo que dio una enorme seguridad y paz espiritual.

Gracias por leerme.