El Irlandés es una de esas películas que no necesitan presentación, estrenada en 2019 y dirigida por el gran Martin Scorsese, estamos ante una pieza de un valor histórico inigualable que consigue ser sumamente entretenida al mismo tiempo.
Reuniendo a tres de los más grandes actores que han existido en el cine contemporáneo (Robert DeNiro, Alpacino y Joe Pesci) El Irlandés sirve como una carta de amor a todos los amantes del cine de gangsters y un metacomentario sobre las consecuencias de una vida llena de crímenes y excesos como los que fueron retratados de forma tan atractiva en los trabajos anteriores de este cineasta.
Si películas como Uno de los Nuestros, Casino o la propia Wolf Of Wall Street se regocijaban constantemente en contrastar las vidas de los hombres corrientes con las de los criminales que las protagonizaban, El Irlandés es una respuesta indirecta a todo ello, una llamada de atención que nos muestra que el coste del crimen siempre será muy alto.
Desde su hermosa y deprimente apertura imitando los planos sostenidos de Uno de los Nuestros (sólo que en un contexto infinitamente más turbio) hasta el acceso íntimo a las vidas de sus personajes, la historia real de Frank Sheeran y Jimmy Hoffa sirve como vehículo para lo que probablemente será una de las películas temáticamente más densas que Scorsese haya hecho jamás: evaluar el valor de la familia, la lealtad y la aterradora idea de envejecer sin nadie a nuestro lado.
Para el espectador común los puntos relevantes de la película son escasos, se habla de la extensión de su duración o de los defectos en sus (a mi juicio) brillantes efectos visuales. El Irlandés es mucho más que eso, es un espectáculo que nos lleva de la mano a lo largo de la vida de un hombre como Frank Sheeran de forma orgánica, al tiempo que nos hace cuestionar fríamente todas las decisiones que ha tomado.
No pierde el tiempo en hacer las cosas glamurosas ni nada por el estilo, aunque está presentada de forma elegante también sabe ser cruda y conmovedora. Una obra maestra que evoca nostalgia y decepción casi a partes iguales.
Frank Sheeran (Viejo): Bueno, es que hay un asunto… Hoy en día, los jóvenes no saben quién fue Jimmy Hoffa. No tienen idea. A lo mucho saben que desapareció, pero eso es todo. En ese entonces, no había nadie en este país que no supiera quién era Jimmy Hoffa. En los cincuenta, era tan famoso como Elvis. En los sesenta, era como The Beatles. Y, junto al presidente, era el hombre más poderoso del país.
Frank Sheeran: Cuando era joven, creía que los pintores de casas, pintaban casas. ¿Qué sabía yo? Yo era de clase obrera. Agente de ventas de camioneros, filial 107 al sur de Filadelfia. Uno de miles de trabajos humildes. Hasta que ya no hubo más. Y entonces… entré a pintar casas… yo también.
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