The Image evoked in me the following story:
Sanctuary Stories: Memories of an Unbreakable Promise Oblivious to Time.
Fara contemplated with melancholy the sky of a starry night, the light of a full moon illuminated her beautiful face that remained imperturbably searching the stars, trying to see beyond, searching for the Imperishable Fortress where her beloved was fighting on the front line against the hordes. of the embracing hells. She remembered the entire history of her world: Sanctuary, the cradle of humanity, a story of cruelty and suffering as she found herself in the middle of the Eternal Conflict between Angels and Demons. Fara sighed with resignation, as a Warrior of the Holy Church of Zakarum she understood the bitter fate of Sanctuary and Humanity. How could she think that she would have a life without suffering?
Fara then remembered the bitter moment when Hadriel, lieutenant of Tyrael Archangel of Justice, manifested in her home to call her husband Astreon to a decisive battle in the Pandemonium Fortress, the border between the Upper Heavens and the Burning Infernos. She protested, as Paladin of Light and Akarat demanded to go to battle as well, but the cold silence of that Archangel was answer enough to understand that it was her beloved who was the Champion the Upper Heavens needed. When she saw the gaze of Astreon, Paladin of the Order of the Crimson Rose and who was called The Unbreakable for his suicidal charges against the hordes of Demons, she collapsed in tears, no more words were needed, she already knew the decision of her beloved.
The night before leaving, Astreon gave Fara 3 things: a puppy from the city of Caldeum for her company, a bouquet of crimson roses from Kurast, and the promise to return alive from that hell. The years have passed and Talic the puppy is already a faithful custodian of Fara who remains every night of the full moon under the litany of the imperturbable with his gaze fixed on the stars waiting for his beloved Paladin because as long as the hands of the clock continue to move and as long as the crimson roses continue to grow and remain as fresh as the first time without needing any care, Fara knows that her eternal love continues to fight against the darkness and that her promise to return is UNBREAKABLE.
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Versión en Español:
La Imagen evocó en mi el siguiente relato:
Relatos de Santuario: Recuerdos de una Promesa Inquebrantable Ajena al Tiempo.
Fara contemplaba con melancolía el cielo de una noche estrellada, la luz de una luna llena iluminaba su hermoso rostro que imperturbable se mantenía escudriñando las estrellas, intentando ver más allá, buscando la Fortaleza Imperecedera donde su amado se encontraba luchando en primera línea contra las hordas de los infiernos abrazadores. Recordaba toda la historia de su mundo: Santuario, la cuna de la humanidad, una historia de crueldad y sufrimiento al encontrarse en medio del Conflicto Eterno entre Ángeles y Demonios. Fara suspiró con resignación, como Guerrera de la Santa Iglesia de Zakarum entendía el amargo destino de Santuario y la Humanidad ¿Cómo podía pensar que tendría una vida sin sufrimiento?
Fara entonces recordó el amargo momento en que Hadriel lugarteniente de Tyrael Arcángel de la Justicia, se manifestó en su hogar para llamar a su marido Astreon a una batalla decisiva en la Fortaleza del Pandemonio, la frontera entre los Cielos Superiores y los Infiernos Ardientes. Ella protestó, como Paladín de la Luz y Akarat exigía ir también a la batalla, pero el frío silencio de aquel Arcángel fue respuesta suficiente para entender que era su amado el Campeón que los Cielos Superiores necesitaban. Al ver la mirada de Astreon, Paladín de la Orden de la Rosa Carmesí y al que llamaban El Inquebrantable por sus cargas suicidas contra las hordas de Demonios, se derrumbó en lágrimas, no hizo falta más palabras, ya sabía la decisión de su amado.
La noche antes de partir, Astreon le hizo entrega a Fara de 3 cosas: un cachorro de la ciudad de Caldeum para su compañía, un ramillete de rosas carmesí de Kurast y la promesa de volver con vida de aquel infierno. Los años han pasado y Talic el cachorro ya es un fiel custodio de Fara quien se mantiene cada noche de luna llena bajo la letanía de los imperturbables con la mirada fija en las estrellas esperando por su amado Paladín porque mientras las agujas del reloj se sigan moviendo y mientras las rosas carmesí sigan creciendo y se mantengan tan frescas como la primera vez sin necesidad de ningún cuidado, Fara sabe que su eterno amor sigue luchando contra las tinieblas y que su promesa de volver es INQUEBRANTABLE.
The image was taken from the freewriters community.
The text was translated into English with DeepL Translator.
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