Muy buenas noches @getheenspring !!! Que hermosa publicación!
Mucho no nos damos cuenta la velocidad a la que corremos y del valor del tiempo hasta que somos padres.
Yo fui toda la vida de esas personas sumamente inquietas, lleno de metas y objetivos que intentaba cumplir al mismo tiempo.
Cuando me convertí en padre aprendí a dar prioridad a aquellas cosas importantes, esas cosas que nos llenan el alma, dejando de lado muchas cosas superficiales.
Ver crecer a mis pequeñas y disfrutar de cada etapa es maravillosa y nos da una perspectiva del mundo muy diferente a la que tenía hasta el momento.
Ser padre nos enseña el verdadero valor del tiempo y de apreciar cada uno de los momentos que vivimos.
Detenerse a ver el camino recorrido, a apreciar los paisajes, disfrutar de lo sencillo, son cosas que no solo nos llevará a disfrutar de la vida de una manera más relajada, sino que también nos permitirá conectar con nuestro interior, con nuestras raíces, con nuestro niño interior y sin dudas apreciamos mucho más todo lo que hemos logrado.
La vida es mucho más linda si nos dedicamos disfrutar cada instante, bajando la velocidad de nuestras vidas.
Te dejo un gran abrazo!