Ha llegado la hora de la mudanza,
Son muchos años que han pasado desde que llegamos aquí, creo que unos treinta años, las maletas de ilusiones y yo en brazos de mi madre dormida feliz, aquí crecimos y vivimos tantas cosas, gratos recuerdos de infancia, travesuras y mucho mas, soy hija única y mi padre ya no está, así que ha llegado la hora de irnos, el camión espera afuera pero...
Algo me dice que no me vaya, aún no, tengo una sensación rara en el pecho, creo que me llaman ¡Sofía ven! ¡Sofía no te vayas! oigo a lo lejos una voz , mientras mi esposo y madre organizan todo yo sigo escuchando esa vocecita, sigo a la voz hasta un rincón, es como un mini sótano el cual no me acordaba que existía, muy oscuro porque no tenía luz, así que prendí la linterna de mi celular y encontré todo ese lugar empapelado con muchos dibujos de una hermosa joven de cabello azul, grandes ojos lindos pero tristes y cuatro globos de colores...
Casi me desmayo, muchos recuerdos vinieron a mi mente de ipso facto, era otra Sofía que vivió y falleció en esa casa un siglo atrás, su alma quedó ahí y yo era la única que la podía ver, en mi adolescencia viví casi encerrada porque conversaba mucho con ella, me atormentaba a tal punto que no me dejaba dormir porque quería conocer el amor y no pudo porque murió muy joven y yo debía ayudarla, psicólogos me ayudaron a despejar la mente pensando era cosa mía, la universidad me alejó de casa y mas nunca la vi hasta hoy...
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Fuentes:
Imagen proporcionado por el estimado @saulos
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