Hola a todos, soy Manclar, y hoy quiero compartir con ustedes una experiencia que cambió mi vida por completo.

Espero que hayas tenido un muy buen diciembre, sobre todo este mes que es un mes de fiestas, de encuentros navideños, de pasarla bien.

Hoy es precisamente Navidad, el 25 de diciembre, el día que grabo este vídeo y en este vídeo te voy a contar cómo sobreviví un incendio.

La imagen que ves en la miniatura de esta publicación contiene la foto de como quede yo lleno de hollín y humo, con la ropa que tenia, una hora después de que se apago el incendio y cuando ya estaba en casa, decidí compartirla con ustedes.

Este incendio fue reciente, ocurrió el día 20 de diciembre, es decir, el miércoles que pasó recientemente.

Yo me encontraba precisamente trabajando en la computadora, conversando con Félix, que es una de las personas muy importantes.

Y hablando de distintas cosas, de sus distintos proyectos e iniciativas que él está teniendo en su vida como una nueva oportunidad, cuando de repente se me fue la electricidad.

Sabemos que es algo que es recurrente acá en Venezuela, que suele pasar con mucha frecuencia. Nosotros estamos sujetos a cortes eléctricos y este tipo de cosas, pues, es algo con lo que desafortunadamente nos hemos tenido que lidiar y acostumbrar a vivir.

La cuestión es que yo me acuesto, desconecto, apago la computadora cuando se fue la electricidad.

No puedo terminar de enviarle el mensaje o concretarle la idea a Félix, que él, bueno, estábamos teniendo una conversación en la que él me ofrecía apoyo por una situación difícil que venía atravesando, que vengo atravesando desde hace unos meses.

Y, bueno, yo me acuesto y estoy en la cama, a los cinco minutos, después de desconectar la computadora y todo eso, como una medida preventiva, es algo que siempre quienes vivimos en Venezuela lo hemos aprendido, pues, desconectar todos nuestros artefactos eléctricos para que cuando regrese la electricidad, en el subido, no se vuelvan a dañar.

Pues, resulta que, bueno, no se puede hacer nada.

Y, bueno, yo me acuesto y estoy en la cama, a los cinco minutos, después de desconectar la computadora y todo eso, como una medida preventiva, es algo que siempre quienes vivimos en Venezuela lo hemos aprendido, pues, resulta que, bueno, nada, empiezo a escuchar gritos de personas, como que diciendo, "agárralo, atrápalo".

Aquí suele pasar que cuando se va la electricidad, pues, salen algunos delincuentes a tratar de robar a personas y pensé que era, se trataba simplemente de eso, de que alguien estaba tratando de robar o robó a alguien y estaban alertando para que lo agarraran y evitaran que siguiera pasando la cosa a peor.

Pero, pues, no le presté mucho cuidado porque yo tenía mucha tensión.

A los dos minutos de haber ocurrido eso, empiezo a escuchar llamados de alguien que llama, a Sandra, Sandra, Sandra, baja Sandra, auxilio, peligro, no sé qué.

Y yo me empiezo a preocupar y empiezo a sentir, a olfatear el olor a humo. Y salgo para la sala, o sea, me levanto de mi cama, salgo para la sala de mi habitación y me encuentro con humo por todos lados.

Me asomo a la ventana de mi balcón, yo vivo en un piso 13, y veo como que hay mucho humo, pero no se ve de dónde viene.

Yo, pues, empiezo a pensar que me debo esperar unos minutos más para ver de dónde viene el asunto, si era el edificio o qué. Y pasaron como dos minutos aproximadamente. Luego de esto, el humo no se fue.

Y yo me encuentro con humo por todos lados.

Me asomo a la ventana de mi habitación y veo como se hizo más negro, más intenso. Y cuando me volví a asomar al balcón, a mirar hacia abajo, todos los vellitos de mi brazo se achicharraron, ¿saben? Como que se quemaron.

O sea, sentí en un piso 13 el calor de la llama que me estaba quemando mi brazo.

Ahí fue que se me prendieron los bombillos de alerta y dije, no, yo, tienes que salir corriendo de aquí, man, claro, porque si no, si te quedas, te vas a quemar. Te vas a morir asfixiado o quemado probablemente.

Entonces, pues, seguidamente agarré y me puse los pantalones, me puse los zapatos e inmediatamente agarré mi teléfono celular, que era lo más imprescindible.

Se me olvidó sacar mi pendrive de seguridad, que ahí tengo todo lo más importante o lo que yo necesito para trabajar.

Pero, pues, abrí la puerta y le toqué la puerta.

Y me dijo, no, no, no, no, no, no, no.

Le toqué la puerta a mi vecina, que es una señora de 84 años de edad, que tiene un hijo como de 50 años, que tiene una condición especial.

Con esto me refiero que tiene un tipo de trastorno del espectro autista o algo similar. Y que por lo general está en su apartamento, no sale mucho.

Entonces, cuando le toqué la puerta, ella me abrió y me dijo que su hijo no estaba en casa. Me dijo que su hijo no había salido y que ella no estaba sola.

Yo le dije: "Doña Carmen, hay humo en el edificio, tenemos que salir. Vamos a bajar por las escaleras de emergencia".

Ella me miró con ojos de preocupación y me tomó de la mano.

Juntos nos dirigimos hacia las escaleras de emergencia.

Mientras descendíamos, el humo se hacía más denso y el calor se intensificaba. Podía escuchar las personas gritando y llorando en todo el edificio y el crepitar del implacable fuego.

Llegue a planta baja y salí al exterior.

Ahí vi a otros vecinos que también habían escapadp.

La escena era caótica, con bomberos y personal de emergencia tratando de controlar el incendio. Nos alejamos lo más que pudimos del edificio y esperamos a que la situación se calmara.

Finalmente, después de varias horas, el incendio fue controlado y los bomberos nos permitieron regresar a nuestros apartamentos.

Afortunadamente, ninguno de los residentes resultó herido, pero algunos apartamentos quedaron completamente destruidos.

Fue una experiencia aterradora, pero gracias a la rápida acción y colaboración de todos, logramos sobrevivir.

Aprendí la importancia de estar preparado para situaciones de emergencia y de ayudar a los demás en momentos de crisis.

He tomado medidas adicionales para garantizar mi seguridad, como tener un kit de emergencia y conocer las rutas de emergencia.

Espero que nunca vuelva a enfrentar una situación así, pero si sucede, estaré mejor preparado para afrontarla.

Lo mejor es siempre mantener la calma y seguir las indicaciones de las autoridades en caso de incendio u otras emergencias.

La seguridad y el bienestar de todos son primordiales.

Y este ha sido el regalo que me ha dado la vida a mi , a mi vecina a su hijo.

Esta publicación es mi iniciativa para participar en el tema semanal de encuentro de talentos con @angelica7 , que en esta ocasion es "El regalo de la vida".