..."Claudia siguió caminando llena de paz tranquilidad y esperanza, ahora Claudia estaba viendo el Orinoco, veía los reflejos de la luz del sol en el agua y vio el reflejo y los hermosos colores de unas aves volando sobre el río y se dio cuenta de que jamás se había dado cuenta de ese milagro visual que la naturaleza le estaba regalando..."
Precioso relato, tan suyo y tan nuestro, gracias por participar en la iniciativa, ¡Te esperamos el próximo lunes en el encuentro literario en vivo!