Introducción:
Antes que nada cordiales saludos a la comunidad de Holos&Lotus, al igual que a todos mis lectores y seguidores. Les comento, que al leer esta iniciativa me sentí bastante identificado o representado en ella, ya que la misma, habla o narra una experiencia de vida que tuve, que me hizo cambiar mi forma de ser, para mejor según muchos amigos, familiares y conocidos, y por el otro lado, otro grupo de personas, con las que rompí al decidir cambiar mi vida, me veían como un ser extraño, que había traicionado el camino que había decidido seguir.
Normalmente, cuando uno es joven, uno se casa con los ideales, los principios y valores, y uno no ve si son buenos o malos, o si son tan buenos o malos como los de los otros, sino que en realidad uno se siente, el único que posee la razón y se siente dueño de la verdad.
Y eso pasa con la política, la religión y la moral, y muchas veces uno es tan cegado por sus creencias, que es incapaz de ver otra realidad y, en dado caso de verla, uno siempre busca la forma de justificar, de una u otra forma, sus creencias y sus formas de pensamiento.
En realidad, creo que casi todos los seres humanos pasamos por esa experiencia, algunos se quedan atrapados en ellas, otros las superan y avanzan, y otros saltan de una visión, ideal o creencia a otra, sin saber ‘‘en qué palo ahorcarse’’ como dice el dicho popular de mi país, hasta que consiguen un ambiente en la vida en donde están cómodos y en estado de confort.
La historia:
A mí me pasó algo muy parecido a lo comentado arriba, sin embargo, la vida es una maestra maravillosa. En mi caso particular, yo estuve muy involucrado en las luchas sociales y, sobre todo, en las luchas vinculadas a la defensa de los derechos humanos de las comunidades indígenas y en las vinculadas, al ámbito de la salud y la seguridad en el trabajo.
Al revisar ese proceso, me consigo con dos situaciones personales, la primera es que era una persona sumamente atorrante, me sentía el dueño de la razón y como efectivamente había liderado luchas y proyectos sociales, me consideraba un líder excepcional, la segunda situación con la que me encontré cuando hice esa revisión en mi vida, es que pensaba que ninguna situación se podía resolver si yo no estaba presente o no la dirigía.
Sin embargo, mi vida cambió cuando tuve dos experiencias que me hicieron romper con mis paradigmas y mis creencias, y me mostraron muy abiertamente lo equivocado que estaba en la visión que tenía del mundo y en mi relación con él.
La primera situación se generó, cuando me contrataron para trabajar en Bolivia, en la promoción de la constituyente que impulsaba Evo Morales y las comunidades indígenas.
Esto fue muy interesante, ya que al llegar a Bolivia, llegué lleno de la intelectualidad occidental y en las reuniones, uno citaba textos y escritores, para reforzar las propuestas y dárselas de sabiondo.
Me acuerdo de que un día en Cochabamba, estaba dando una charla, tratando de imponer mi criterio a los presentes, al ver que mi discurso no era bien recibido, les pregunté a los presentes que es lo que ellos querían de la vida.
En ese momento una señora indígena se levantó, vestida con su pollera tradicional y su sombrero, y simplemente me dijo, ‘‘Con todo el respeto, a mí no me interesa nada de lo que usted está diciendo, a mí lo único que me interesa es que ustedes, entiendan y respeten mi cosmovisión del mundo y mi forma de vivir la vida’’
Esa postura fue refrendada por casi todos los presentes, así que tuve que bajar la cabeza y mirar apenado a los presentes en la charla y decirles, ‘‘Realmente no sé de qué me están hablando’’. Y lejos de ser mal visto por los miembros de las comunidades indígenas por mi actitud política e intelectualmente atorrante, lo que sucedió fue que recibí una invitación, para ir a vivir con ellos un tiempo y aprender a qué se referían con su postura y su visión del mundo.
Efectivamente, hice eso, me fui con ellos por varias semanas y cuando regrese, esa experiencia había ocasionado un cambio en mí a nivel intelectual y sobre la visión del mundo, aunque aún no lo aceptará totalmente.
La otra experiencia fue más traumática, y sucedió a los pocos meses de llegar de Bolivia. En esa época yo tenía varios proyectos activos y además había empezado a trabajar para el gobierno, y realmente no vivía, me dedicaba a los proyectos y a resolver la vida y los problemas de los demás, pero yo personalmente no tenía vida.
Había veces, que solo iba a mi casa a bañarme y cambiarme de ropa, comía en la calle, vivía metido en reuniones, tenía un promedio de más de 50 llamadas al día y tenía 95 personas a mi cargo.
Un día, una de mis tías que es una mujer muy espiritual, me dijo ‘‘Debes parar, no estás viviendo, la vida se te va de las manos y ni cuenta te das’’ Al final no le hice caso y seguí con mi vida, creyendo que ese era el camino a seguir, hasta que tuve un accidente en la moto, y pase un año y medio acostado en una cama, en donde los primeros meses dependía de otros hasta para poder beber agua.
En ese momento, paré, o mejor dicho, la vida me paró y me dio mucho tiempo para pensar. En esa situación, de nada valía haber sido un líder en las luchas sociales, de nada valían los libros leídos y de nada valía el reconocimiento tenido. De hecho, los ‘‘amigos y compañeros’’ fueron desapareciendo a las semanas de estar en cama, igual la compañera que tenía, que al final estaba conmigo, más por los procesos de lucha y militancia, que por amor.
Y finalmente, la gente a la que menos atención le prestaba y a los que menos le dedicaba tiempo en mi vida, fueron los que estuvieron conmigo, mi madre y mi familia. También me di cuenta, que el estar dedicado a los demás, a resolver sus problemas y tratar de cambiar su mundo, no era más que una vía de escape, que había creado en mi vida y que no me dejaba madurar y ver otras realidades. Realmente, ahora lo veo como un miedo, como una excusa, dominada por mi ego, para no enfrentar o conocer otras cosas en la vida.
Pero gracias a esos procesos y experiencias, comentados arriba, yo rompí con mis antiguos paradigmas y creencias.
En esa ruptura, aprendí a ser más espiritual, aprendí a disfrutar de las cosas más sencillas de la vida, una de ellas fue el poder salir de la cama, sentarme en una silla de ruedas y llegar a una ventana a recibir los rayos del sol sobre mis manos y mis piernas, en ese momento después de semanas de encierro, casi lloré de alegría. Además, aprendí a disfrutar de ese tipo de experiencias simples y hermosas, como lo es la visión de los árboles, del cielo y de la compañía real de las personas.
También aprendí a disfrutar de la soledad, ya que pase mucho tiempo solo, y había veces que el control del televisor, o el teléfono, lo dejaban fuera de mi alcance cuando estaba dormido en cama, y pasaba horas, en absoluta soledad y silencio. Y ahí aprendí a meditar y escuchar todo lo que realmente no escuchamos cuando estamos rodeados de personas y de ruido.
Finalmente, deje de lado, todo lo referente a las luchas sociales y al trabajo con el gobierno, desde esa época, trabajé solo en dos ocasiones con el Estado y por razones económicas, en ambas en cargos de dirección, y aunque hice bien mi trabajo, salí corriendo de ahí apenas pude hacerlo, buscando otras formas de generar ingresos de una manera más libre y sin presiones políticas o ideológicas.
En fin, rompí con mis antiguas creencias y paradigmas, deje las cadenas atrás y, si tuviese que definirme desde el punto de vista de la epistemología hoy en día, diría que soy un miembro del socioconstruccionismo, ya que creo que la realidad, la forma en que vivimos e interactuamos con el mundo, incluyendo los factores, económicos, morales, religiosos, espirituales y políticos, los construimos nosotros mismos a la medida que vivimos la realidad de nuestra vida e interactuamos con todos los factores que nos rodean, y más cuando vivimos en un mundo tan cambiante y dinámico como este. Y en realidad me encanta lo que plantean Kenet Gergen y otros autores sobre este tema.
Muchas gracias por leerme.
To read in English:
Breaking the chains.
Introduction:
First, warm greetings to the Holos&Lotus community, as well as to all my readers and followers. I would like to tell you that when I read this initiative I felt quite identified or represented in it, since it speaks or narrates a life experience I had, which made me change my way of being, for the better, according to many friends, family and acquaintances, and on the other hand, another group of people, with whom I broke up when deciding to change my life, saw me as a strange being, who had betrayed the path I had decided to follow.
Normally, when one is young, one marries ideals, principles and values, and one does not see if they are good or bad, or if they are as good or bad as those of others, but in reality one feels, the only one who possesses reason and feels the owner of truth.
And that happens with politics, religion and morality, and many times one is so blinded by one's beliefs that one is unable to see another reality and, if one sees it, one always looks for a way to justify, in one way or another, one's beliefs and one's ways of thinking.
In fact, I think that almost all human beings go through that experience, some get stuck in them, others overcome them and advance, and others jump from one vision, ideal or belief to another, without knowing "on which stick to hang themselves’’ as the popular saying of my country says, until they get an environment in life where they are comfortable and in a state of comfort.
The story:
Something very similar to the above happened to me, however, life is a wonderful teacher. In my particular case, I was very involved in social struggles and, above all, in the struggles related to the defence of the human rights of indigenous communities and in those related to the field of health and safety at work.
When reviewing that process, I get with two personal situations, the first is that I was an extremely annoying person, I felt like the owner of reason and as I had effectively led struggles and social projects, I considered myself an exceptional leader, the second situation that I encountered when I did that review in my life, is that I thought that no situation could be solved if I was not present or did not direct it.
However, my life changed when I had two experiences that made me break with my paradigms and my beliefs, and showed me very openly how wrong I was in the vision I had of the world and in my relationship with it.
The first situation arose, when I was hired to work in Bolivia, in the promotion of the constituent assembly promoted by Evo Morales and the indigenous communities.
This was very interesting, because when I arrived in Bolivia, I arrived full of the Western intelligentsia and at the meetings, one would quote texts and writers, to reinforce the proposals and give them wisdom.
I remember that one day in Cochabamba, I was giving a talk, trying to impose my criteria on those present, when I saw that my speech was not well received, I asked those present what they wanted from life.
At that moment, an indigenous lady got up, dressed in her traditional skirt and hat, and simply told me "With all due respect, I am not interested in anything you are saying, the only thing that interests me is that you, understand and respect my world view of the world and my way of living life’
That position was endorsed by almost everyone present, so I had to lower my head and look at those present at the talk with regret and tell them, ‘I really don't know what you're talking about.’ And far from being frowned upon by the members of the indigenous communities for my politically and intellectually embarrassing attitude, what happened was that I received an invitation to go live with them for a while and learn what they meant by their position and their world view.
Indeed, I did that, I went away with them for several weeks and when I returned, that experience had caused a change in me intellectually and about the world view, although I still will not fully accept it.
The other experience was more traumatic, and it happened a few months after arriving from Bolivia. At that time I had several active projects and I had also started working for the government, and I wasn't really living, I was dedicated to projects and solving other people's lives and problems, but I personally had no life.
There were times when I only went to my house to have a bath and change my clothes, ate on the street, lived in meetings, had an average of more than 50 calls a day and had 95 people in my care.
One day, one of my aunts, who is a very spiritual woman, told me ‘You must stop, you are not living, life is getting out of hand, and you don't even realize it’ In the end, I ignored her and continued with my life, believing that this was the way to go, until I had an accident on the motorcycle, and spent a year and a half lying in a bed, where the first months I depended on others even to be able to drink water.
At that moment, I stopped, or rather, life stopped me and gave me a lot of time to think. In that situation, it was of no use to have been a leader in social struggles, the books read were of no use and the recognition received was of no use. In fact, the "friends and companions" were disappearing within weeks of being in bed, just like the companion I had, who was with me at the end, more for the processes of struggle and militancy, than for love.
And finally, the people to whom I paid the least attention and to whom I devoted the least time in my life, were those who were with me, my mother and my family. I also realized that being dedicated to others, solving their problems and trying to change their world, was nothing more than an escape route, which I had created in my life and which did not allow me to mature and see other realities. Really, now I see it as a fear, as an excuse, dominated by my ego, not to face or know other things in life.
But thanks to those processes and experiences, mentioned above, I broke with my old paradigms and beliefs.
In that breakup, I learned to be more spiritual, I learned to enjoy the simplest things in life, one of them was being able to get out of bed, sit in a wheelchair and reach a window to receive the sun's rays on my hands and my legs, at that moment after weeks of lockdown, I almost cried with joy. In addition, I learned to enjoy such simple and beautiful experiences, such as the vision of trees, the sky and the real company of people.
I also learned to enjoy solitude, since I spend a lot of time alone, and there were times that the control of the TV, or the phone, was left out of my reach when I was asleep in bed, and I spent hours, in absolute solitude and silence. And there I learned to meditate and listen to everything that we don't really hear when we are surrounded by people and noise.
Finally, I put aside everything related to social struggles and working with the government, since that time, I worked only twice with the State and for economic reasons, both in management positions, and although I did my job well, I ran out of there as soon as I could, looking for other ways to generate income in a freer way and without political or ideological pressures.
In short, I broke with my old beliefs and paradigms, I left the chains behind and, if I had to define myself from the point of view of epistemology today, I would say that I am a member of socioconstructionism, since I believe that reality, the way we live and interact with the world, including economic, moral, religious, spiritual and political factors, we build them ourselves as we live the reality of our life and interact with all the factors that surround us, and more so when we live in a world as changing and dynamic as this. And I really like what Kenet Gergen and other authors raise on this topic.
Thank you very much for reading me.