Hay historias que tienen tanto peso que las repetimos de manera automática, poco nos detenemos a ver cómo se originaron, pero siempre hay quien las rompe y vemos que era una creencia sin ningún fundamento.
Estaba muy niña cuando ví a una señora en el hospital, mientras esperaba mi turno. Ella gritaba con un dolor, lo que contó fue que estaba planchando y abrió la nevera y se tomó un jugo de naranja.
Esto me impresionó mucho. Siempre tuve cuidado de no abrir la nevera cuando planchaba.
Gracias por contarnos. Abrazo.