Hola, querido hiver.
Ya se nota por las tardes que los días se acortan. El otoño se aproxima. La temperatura se torna más agradable y por las noches ya no molesta para descansar. Incluso he tenido que taparme con la colcha en más de una ocasión, con el gustito que eso da aunque por las mañanas me dé una pereza enorme levantarme de la cama.
Nos cuenta la Agenda del diario para estoicos que el arte de vivir tiene tres niveles de disciplina: el estudio, la práctica y el duro entrenamiento. Puedo afirmar que los cumplo después de casi tres años. Han sido escasas las ocasiones en que he tenido que recuperar algún día atrasado. Podría contarlas con los dedos de una sola mano. Me satisface mucho cumplir con esta tarea.
Desde que empecé con mis reflexiones diarias, allá por noviembre de 2021, han traído calma a mi mente, consuelo a mi alma, refugio a mi corazón. También me han elevado el ánimo y me han proporcionado un espejo en el que mirarme y reconocer lo que valgo por lo que soy sin necesidad de esperar la confirmación de nadie.
Quizás no sea tu caso y te resulte difícil comprender lo que expreso, pero durante muchos años mi aspiración era satisfacer los deseos de otras personas por encima de los míos. Eso me anuló como persona hasta el punto de perderme a mí misma. Incluso ahora me sorprendo a veces hablándome mal como hacía entonces, repitiendo ciertos patrones externos que habían sido el molde que me formó.
Hasta que dije basta, me levanté sobre mis cenizas y perdí el miedo a equivocarme, a enfrentarme a quien quisiera imponerse, a disfrutar de mi merecida libertad. Mucha “culpa” de eso la ha tenido este arduo trabajo de reflexión que he venido realizando. Algunos días duele, pues a nadie nos gusta ser consciente de los errores que cometemos. Pero es el arma más poderosa para crecer y liberarnos de los miedos que nos impiden salir de esa cárcel autoimpuesta.
Seguiré con mi estudio, con mi práctica y con mi duro entrenamiento. Era en el largo invierno cuando los soldados se preparaban para las campañas militares de la primavera y el verano. Poco ha cambiado, pues continuamos siendo los mismos seres humanos, otros pero iguales.
Hasta la próxima publicación. Mientras tanto, ¡cuídate!
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©️Copyright 2024 Paloma Peña Pérez. Todos los derechos reservados.
Hi, dear hiver.
It is already noticeable in the evenings that the days are getting shorter. Autumn is approaching. The temperature is becoming more pleasant and at night it is no longer a nuisance to rest. I've even had to cover myself with the quilt on more than one occasion, which is nice, even if I'm too lazy to get out of bed in the mornings.
The Stoic Diary Agenda tells us that the art of living has three levels of discipline: study, practice and hard training. I can say that after almost three years, I am fulfilling all of them. There have been rare occasions when I have had to make up a day late. I could count them on the fingers of one hand. I take great satisfaction in accomplishing this task.
Since I started my daily reflections back in November 2021, they have brought calm to my mind, comfort to my soul, refuge to my heart. They have also lifted my spirits and provided me with a mirror in which to look at myself and recognise my worth for who I am without needing to wait for confirmation from anyone.
This may not be the case for you and you may find it difficult to understand what I am saying, but for many years my aspiration was to satisfy other people's desires above my own. This nullified me as a person to the point of losing myself. Even now I catch myself sometimes talking badly to myself as I did then, repeating certain external patterns that had been the mould that formed me.
Until I said enough, rose from the ashes and lost my fear of making mistakes, of confronting those who wanted to impose themselves, of enjoying my deserved freedom. Much of the "blame" for this has been laid on the hard work of reflection that I have been doing. Some days it hurts, because nobody likes to be aware of the mistakes we make. But it is the most powerful weapon to grow and free ourselves from the fears that prevent us from getting out of that self-imposed prison.
I will continue my study, my practice and my hard training. It was in the long winter when soldiers prepared for the spring and summer military campaigns. Little has changed, for we are still the same human beings, different but the same.
See you next time. In the meantime, take care!
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